Cuando inicia la época de celebrar el día de muertos en México, todo lugar se llena de color y cada rincón es impregnado con aroma a copal, incienso quemado y, se agrega también, el inconfundible perfume del cempasúchil.
La ofrenda de muertos es una manera de reencontrarse con aquellos que se fueron, y en su altar, se colocan todos esos alimentos y bebidas que en vida, eran los favoritos de los difuntos. La ofrenda se coloca en una mesa de dos niveles, cada uno representa el cielo y la tierra. De esta manera los vivos y los muertos pueden convivir en la dimensión que estos niveles crean. Cuando el altar es de tres niveles, el más bajo, representa el purgatorio. Los altares que cuentan con siete niveles simbolizan los pasos a tomar para el descanso eterno.
Compartir frutas, agua, vino, veladoras, flores, comidas, refrescos y el pan, son elementos que imprescindibles para recibir la tan esperada visita de aquellos que fallecieron.
El pan de Muerto, según la iglesia Católica, representa el “Cuerpo de Cristo” y es uno de los elementos mas importantes en la ofrenda.
El pan de muerto, además de ser parte de la historia, cuenta con características que no sólo son adornos. Aquí su significado.
A pesar de que existen muchas variedades en forma y sabor según las tradiciones de cada región. Nunca va a faltar en un altar, siendo este un elemento fundamental junto con las frutas como las naranjas, guayabas, plátanos, cacahuates, cañas, etc…
El altar de día de muertos es adornado con diversas flores de cempasuchil. Los colores amarillos representan el tono que pertenecía al color de la muerte
No hay nada más delicioso que comer pan de muerto recién horneado en casa. Puedes hacerlo relleno de nata, de chocolate, de nutella e incluso puede ser vegano…
Ingredientes:
•500 g de harina.
•20 g de levadura en polvo.
•120 g de azúcar.
•10 g de sal.
•6 huevos.
•100 g de mantequilla.
•10 ml de agua de azahar.
•100 ml de leche.
•Ralladura de naranja.
•Azúcar o ajonjolí para decorar.
Preparación:
Comienza cerniendo (colando) la harina y mezcla con la levadura. Forma un circulo con ello y haz un hueco en medio (con la forma de una dona pero de harina). Hecho esto, agrega dos huevos y tres claras en medio, también agrega la mantequilla, la sal y los 120g de azúcar. Con tus manos, ve mezclando todo firmemente y al mismo tiempo, agrega poco a poco y lentamente el agua de azahar (también la puedes sustituir usando una bolsita de té de azhar ya preparado con anticipación). Justo en este momento agrega la ralladura de la naranja y sigue amasando.
Agrega la leche poco a poco sin dejar de amasar. Cuando todo esté perfectamente integrado, y que notes que la masa deja de estar pegajosa, puedes probar estirándola (esto para saber si ya está lista) y cuando notes que no se rompe, sabrás que ya es el momento de hacer las formas.
Toma un bowl y esparce un poco de harina al fondo y al rededor. Coloca la masa con un poco mas de harina encima. Tapa con un trapo húmedo o con un plástico para que humedezca y esponje correctamente. Deja reposar un mínimo de 30 minutos o hasta que doble su tamaño, es importante que la dejes en un lugar cálido (en un lugar dónde le dé el sol o cerca de la estufa donde se esté cocinando algo).
Ya que esté lista, coloca tu masa en tu mesa de trabajo y divídela en cuatro porciones. Toma tres de ellas y dales forma de bola. Toma una charola y engrásala, coloca las bolas de masa; con la cuarta porción que reservaste, forma las bolitas que representarán el cráneo y con tus dedos da forma a los huesitos. Acomoda las piezas y déjalas reposar otros 30 minutos para que esponje la masa una vez más (también es importante que sea en un ambiente cálido).
Ya que pase este tiempo, barniza con huevo ligeramente cada una de las piezas e introduce la charola al horno a una temperatura de 220° centígrados durante 25 minutos.
Cuando estén listos, úntales mantequilla derretida con una brocha y decóralos con azúcar o ajonjolí.
No olvides que el tiempo total de preparación puede llevar hasta 4 horas, por lo que es importante que lo hagas con tiempo suficiente para que no te sientas con presión.
Ahora que sabes como hacerlo, puedes sorprender a los tuyos con un pan de muerto casero. Y si prefieres comprarlo, recuerda que el precio varía dependiendo del establecimiento.
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